
Rana Bermeja. Fotografía: ACM
La rana es un simpático batracio, que con su croar nos anuncia la presencia de zonas húmedas y que en la mesa es un plato delicioso, poco frecuente en la oferta de la hostelería vasca, pero multipresente en la francesa.
Hay muchas variedades de ranas. Hoy me ocuparé de la rana bermeja o temporaría, muy común en los Pirineos. Se trata de un anuro de la familia de los ránidos, que debe su nombre al color rojizo de su piel, que puede cambiar de tonalidades, sin llegar jamás a ser verde. Su longitud apenas llega a los 10 cm, pero puede dar saltos que superan el metro de longitud. El hábitat preferente son humedales de poca profundidad (charcas, lagunas, etc) y riachuelos de poco caudal. La rana bermeja tiene muy desarrollada la membrana interdigital, lo que demuestra su capacidad nadadora. Soporta mal el calor. Por lo que en nuestra zona es mas fácil encontrarla en montañas de altura media.
Se alimenta de insectos , que captura al vuelo gracias a su lengua protráctil, también come lombrices, babosas y caracoles. Puede alcanzar los 10 años de vida. Hiberna de Octubre a Febrero, periodos que se acortan o alargan según la altura en que se encuentre.
Precisamente en esta época del año en que vuelven a revivir, sienten la llamada del amor y realizan grandes desplazamientos, que se conocen como”pasa de ranas”, para concentrarse en determinadas charcas, donde copulan, dentro del agua por la noche. Hace unos diez años acudí a uno de esos lugares de concentración en Quinto Real, territorio en plena muga perteneciente a los municipios de los valles de Baztán y Erro, Urepel y Aldudes, y pude comprobar este curioso fenómeno.

Huevos de rana. Fotografía: José Manuel Segovia
Cada hembra pone unos 4.000 huevos, que a las tres semanas se convierten en renacuajos, que a su vez al cabo de dos meses serán ranitas perfectamente conformadas.
Especie protegida, no será esta la variedad que nos llevemos a la boca, nos tendremos que conformar, salvo en casos especiales, con las de los criaderos o con las que nos llegan congeladas desde Thailandia.

Ancas de rana. Fotografía:JaulaDeArdilla
Las partes comestibles son exclusivamente las ancas, que simplemente espolvoreadas con ajo, perejil, pan rallado, sazonadas y fritas, son un bocado delicioso que nos recuerdo a diminutos muslos de pollo.
El Larousse Gastronomique ofrece una veintena de recetas, que van desde envolverlas en bechamel y freírlas, guisarlas a la crema, o presentarlas en salsa meuniere.