Filetes de sabirón

La familia de los traquínidos, cuenta en nuestras aguas con dos especies, una de grato recuerdo , la otra de desagradable: el “Trachinus draco”, escorpión, que en euskera denominamos xabiroi, de excelentes carnes tersas, con cierto sabor a marisco y el Trachinus vipera, araña , que nosotros conocemos como xakatia que, oculto en la arena de las playas, produce dolorosísimos pinchazos a los bañistan que les ponen el pie encima.

Una de las características de esta familia ictícola es que , la espina del opérculo y los radios de la primera aletas dorsal, son venenosos. Producido el pinchazo, el agente nocivo actúa sobre el sistema sanguíneo y el nervioso, destruye glóbulos rojos y origina  dolores que se hacen mas agudos a la media hora del accidente. La intoxicación se manifiesta en forma de exaltación nerviosa, trastornos respiratorios, sofocación etc… Conviene acudir inmediatamente a un puesto de socorro, donde la aplicación de amoniaco, calmará los efectos.

Foto 1 – Trachinus draco – Hans Hillewaert

El xakatia es de tamaño pequeño y habita en aguas someras, precisamente en verano Es por tanto el máximo responsable de los pinchazos que se producen. En invierno va a zonas mas profundas , donde se alimenta de crustáceos y pececillos. Su carne tiene muy buen sabor, pero al ser de tamaño pequeño carece de  interés comercial.

El xabirón tiene una talla entre los 25-30 cm., vive en aguas mas profundas que el “xakatia”, pero algunos ejemplares jóvenes se acercan a las playas y se entierran como sus congéneres, pudiendo  producir accidentes, pero en mucha menor cuantía. Los adultos, bien alimentados de  crustáceos, en varias épocas del año,  recorren la superficie del mar en grandes bandos, que muerden con fruición los anzuelos cubiertos con hilo de color. Al izarlos a bordo hay que sujetarlos con un  trapo grueso y cortárles, con la navaja, el aparente radio que tienen inmediatamente detrás de la cabeza, para impedir que éste se clave en nuestra mano.

Foto 2 – Trachinus draco – Rawpixel Ltd

Presente casi todo el año en las pescaderías a precios razonables, sus carnes  duras son excelentes para comerlas en filetes. Cuando  nos pregunten si los queremos con o sin piel, si buscamos el sabor, diremos que con piel, si preferimos la estética,  diremos que se la quiten.! ¡Que pena¡     

Foto 3 y principal – Trachinus draco – Willi

Artículo de Juan José Lapitz publicado en la sección “Saber y Sabor” del El Diario Vasco.

Alubias con pebre

Cuando el verano comienza a declinar, las huertas, en nuestro país, están en todo su esplendor cromático, junto a rojos tomates, penderán de las matas moradas y brillantes berenjenas, rastrearán por tierra blancos calabacines, verdes pepinos y anaranjadas calabazas de gran porte. Habrá vainas aún verdes, junto a otras que empiezan a pochar y las ya ocres y secas que esperan a ser desgranadas, cuando el tiempo seco lo aconseje, pero quizá la mayor belleza se concentre en los cultivos de pimientos, entre las plantas aun verdes y lustrosas,  se dejan ver los frutos verdes unos, amarillos otros (variedad poco común entre nosotros), entreverados los que aun no han llegado a la madurez y rojos los que la han alcanzado. Con ellos y las recién vareadas alubias, podremos hacer una preparación ribereña conocida como alubias con pebre

Fotografía de Francisco Schmidt

La voz pebre, tiene, según el diccionario  varios significados. La más común es la que dice así: “Salsa en la que entran a formar parte pimienta, ajos, perejil y vinagre” Pero el Diccionario Enciclopedia de Gastronomía Vasca es mucho mas explícito

Además de hacer referencia a la mencionada salsa, dice que “a partir de la introducción de los productos americanos en la dieta navarra, este vocablo tiene distintos significados, por un lado se aplica a la pimienta y por otro al pimiento y a diversas preparaciones en las que entre a formar parte este ingrediente Así, por ejemplo, y con especial carta de naturaleza, unos pimientos morrones asados a la brasa, despellejados, y cortados en tiras a los que se les espolvorea ajo picado y se rocían con un aromático aceite de oliva.

En Cascante y Corella llaman pebre a un rancho campestre que los campesinos guisan en su lugar de trabajo a base de patatas y pimientos, asados. Es decir una caldereta pobre, sin el obligado concurso de carne.

Fotgografía de Matt Bull

Quizá la preparación mas interesante sea la que practican los pastores en las Bardenas Reales y que la utilizan como salsa de acompañamiento a las comidas. Asan  en el rescoldo de una fogata tomates, pimientos y guindillas, a los que una vez a punto les eliminan las pieles. Aplastan o escachan con el tenedor los tomates y cortan pimientos y guindillas en tiras, unen unos con otros  e incorporan ajo menudamente picado y mojan con  recio aceite de oliva crudo. Dicen que para que este a punto debe ser “rabiosillo de picante”

En otros lugares le dicen pebre al pimentón, así en la zona mediterránea , donde una de las preparaciones, clásica de los comedores próximos a la albufera valenciana, es el “allipebre”, que sin mas precisión allí se da por descontado que es un guiso  de anguilas con ajo y pimentón

Fotografía de Ponto e virgula

Ahora que es tiempo mi particular versión de las alubias con pimientos es la siguiente: Hacer un sofrito con cebolla, tomate y pimientos verdes, y buen aceite de oliva. Desgranar las alubias, mientras las hortalizas se van pochando,  incorporarlas a la cazuela y dejar , removiendo  continuamente, unos diez minutos. Mojar con un poco de agua, o mejor, si se tiene, caldo donde hayan  cocido vainas Dejar hervir lentamente hasta que las alubias estén tiernas. Probar de sal y servir

Artículo de Juan José Lapitz publicado en la sección “Saber y Sabor” del El Diario Vasco.

Cardos con alcachofas

Este guiso ribereño, es mi preferido entre los entrantes, de los almuerzos festivos que celebraremos,  este mes. Además de sabroso y natural, es muy saludable, ya que las fibras de ambas verduras, sirven de arrastre a viandas mas pesadas y grasas que, tomamos como platos de resistencia.

El cardo y la alcachofa, a pesar de su aspecto, completamente diferente cuando llegan a la cocina, son  plantas que pertenecen a la familia de las compuestas, e incluso a la misma especie “Cynara”.

Algunos botánicos creen que ambas provienen del cardo silvestre, que crecía por los campos de Asia Menor y norte de África. De hecho en estado joven, es muy difícil diferenciar una de otra, en la huerta .El “Cynara cardunculus=cardo, es una planta, conjunto de grandes hojas que se unen en forma de penca en su base. Puede alcanzar los dos metros de altura. Con el fin de que blanqueen bien  se encierran con sacos de papel y se atan (todavía hay quien los entierra). Si se les deja crecer dan unas cabezuelas semejantes a pequeñas alcachofas que se abrirán , como aquellas, en preciosas flores de un intenso color violeta.

La parte comestible del cardo, son las pencas, desprovistas de la parte verde, a las que se les debe retirar los filamentos que las recorren , en su parte exterior. Para ello lo mejor es cortarlas con una longitud un poco inferior al diámetro de la cazuela y cocerlas en agua con sal;  una vez blandas los hilos saldrán con facilidad con la ayuda de un cuchillo. Luego se cortan del tamaño de un bocado.

Como alcachofa( Cynara Scolymus) conocemos la cabezuela, de tamaño similar a una pelota de tenis alargada, que está recubierta de unas hojuelas, que se llaman brácteas. Las parte comestibles son el corazon y el fondo, para lo que es preciso retirar y cortar las puntas de las brácteas sin piedad, el maestro Busca Isusi decía, “hay que hacerlo olvidándonos,del precio  que hemos pagado por ellas”, así, todo lo que llevemos a la boca será comestible.  Se oxidan y ennegrecen con facilidad, por ello, hay quienes aconsejan untarlas con limón antes de cocerlas, pero para mi gusto, el cítrico desvirtúa el genuino sabor de la verdura. Una vez  cocidas las dos hortalizas, se echan en un recipiente con aceite caliente se espolvorean con almendra molida y riegan con un poco de agua de la cocción, removiendo un poco para que se forme una especie de bechamel ligera. 

Fotografía: Rosario Aldaz

Artículo de Juan José Lapitz publicado en la sección “Saber y Sabor” del El Diario Vasco.

La aromatica y diurética ginebra

Mediado el siglo XVI, el profesor holandés De La Boe, maceró, por primera vez, bayas de enebro en aguardiente, obteniendo un elixir que fue utilizado como medicamento durante largos años.

Los frutos del enebro, llamados enebrinas, tienen la peculiaridad de madurar tres años después de la floración y desde la Edad Media gozaron de gran predicamento, ya que se les atribuían curaciones milagrosas, considerándose un antídoto universal contra todos los males. Desde el punto de vista gastronómico tienen interés ya que con ellas se elaboran las ginebras que estarán presentes en nuestras mesas festivas, bien como aperitivo, acompañando al  vermut, o como trago largo que nos ayude, tras copioso festín, a hacer la digestión. Efectivamente, aunque las enebrinas no sean la panacea contra todos los males, tienen dos propiedades importantes : son aperitivas y diuréticas.

Fotografía 1: Botellas – Thomas Hawk

A diferencia del primer elixir holandés obtenido, hace casi cinco siglos, por un proceso de maceración, en la actualidad los elaboradores de ginebra destilan alcohol con bayas de enebro. y otros ingredientes botánicos que le conferirán sutiles aromas

Para obtener un producto de gran calidad debe partirse de un alcohol de grano. Para ello  se mezclan harinas de centeno, trigo, avena y cebada  con agua, hasta que fermente y se obtenga un ”vino de cereales” de aproximadamente tres grados, al que se somete a tres destilaciones,. En el momento de proceder al tercer destilado es cuando se añaden las bayas de enebro  y otras sustancias. Tras este último proceso el liquido resultante puede tener unos 60 grados, que habrá que rebajar añadiendo agua destilada.

Fotografía 2: Sapphire – Thomas Hawk

Pero no todos los destiladores emplean  el mismo sistema. He aquí la elaboración artesanal de un de las ginebras mas exclusivas del mundo la ”Bombay Sapphire”, que sigue fiel , en su destilería del condado de Cheshire, ( el mismo en el que se afina uno de los mejores quesos ingleses) a una receta  de  1761. En ella entran a formar parte , además del enebro procedente del norte de Italia, otros nueve productos botánicos, aportándoles cada uno su peculiar aroma. Son los siguientes: Coriandro de Marruecos, que  da toques de salvia y jengibre; la raíz de angélica que aporta un olor a pino; la piel de limón  refrescante y jugosa; la raíz de iris de Florencia que le da unos toques de violeta y té, regaliz en polvo para proporcionarle frescor, la corteza de casia de Indochina que confiere un aroma que recuerda a la canela. La lista se complementa con almendras, pimienta de Java y granos de flor del paraíso.

Todos estos ingredientes se ponen en una bandeja de cobre  situada encima del alambique, el alcohol de cereales, en forma de vapor, entra en contacto con ellos y absorbe lentamente todos sus  aromas . Una vez refrigerado y liquido el destilado se mezcla con agua purificada del lago galés de Vyrnwy.

Fotografía 3: Copa – Foto de drgillbean

Si, como el comentarista, querido lector o lectora eres amante de un buena ginebra, te aconsejo probar esta sola… luego puedes prepararte un “Dry Martini” o un ”Gin tonic”

De una u otra forma, brindemos por un “Urte berri on”

Fotografía destacada: Copa – fs999

Hablemos de Champagne

Los momentos que preceden y suceden al advenimiento del nuevo año son propicios para brindar con champagne, termino internacional que, para el vulgo, en muchos casos, encubre  vinos y sidras espumosos. Hoy dedico estas líneas al verdadero vino francés.

Copas de Champagne – Fotografía : Pascal Vuylsteker

El champagne es un vino que debe su nombre a que se elabora en la región de Champagne, a unos 200 km al noroeste de Paris, cuya ciudad mas importante es Reims. Las 34.000 ha. de terrenos ondulados, de suelo cretáceo y bien irrigado, están plantadas ( para tener derecho a la D.O) con vides, pinot noir (38%), pinot meunier (35%) y chardonnay (27%), que casi milagrosamente fructifican y maduran a una temperatura media anual de 10º. La característica principal del método “champenoise” al que se somete el vino es que este sufre una segunda fermentación en botella, que es el que le confiere la espuma,

Salvo el champagne de añada (llamado milesimé), que puede mejorar  en botella, el resto debe beberse en el momento en que sale a la venta, ya que con el paso del tiempo declina rápidamente.

Debe conservarse en lugar fresco (la temperatura ideal es 12º) y manteniendo la botella tumbada, con el fin de que el liquido este en contacto con el corcho y este no se seque. No es conveniente tenerlo mucho tiempo en el frigorífico. Estos consejos y los que a continuación indicaré, son también válidos para el cava. 

La temperatura ideal para beberlo oscila entre los 6-8º. Para poder mantenerla  durante todo el servicio, se aconseja conservarlo en una cubitera con hielos y agua que cubra totalmente la botella. Para mejor apreciar la fina burbuja se aconseja servirlo en copas de cristal transparente, sin dibujos, ni coloración alguna, en forma de tulipa, con cuerpo alto y boca estrecha. Se recomienda mantener la copa en el frigorífico antes de comenzar el servicio y escanciar poco líquido cada vez, para evitar que se caliente. Hay que tener presente que en un comedor que este a 25º, la temperatura de estos vinos subirá, en la primera hora, a razón 2º por cuarto de hora, con lo que corremos el riesgo, si no tenemos cuidado, de acabar bebiendo un caldo.

Con la copa en alto, siempre cogida por el pie, deseo a todos mis lectores “Urte berri on”

Artículo de Juan José Lapitz publicado en la sección “Saber y Sabor” del El Diario Vasco.

Huevos y vino buenos hermanos

Oion fue, el pasado domingo,día 11, marco de la XXVIII Fiesta de la Vendimia de Rioja Alavesa. Entre pisado de uvas, degustación de mostos y buen ambiente, se programó, en la plaza Mayor, el hermanamiento entre el huevo de caserío con Eusko Label y el vino de Rioja Alavesa. Además de la ceremonia protocolaria, hubo  un concurso de pinchos cuyo ingrediente principal debía ser el huevo, en el que participaron los bares de la localidad. Predominaron los de huevo duro, cuyo paso por boca pide un buen trago.

Huevos. Fotografía: Ramón

Otra cosa son los platos guisados o bebidas en que intervengan ambos ingredientes, algo que, desde mi punto de vista deberían promocionar los mentores del hermanamiento, aunque un par de  huevos de gallina que picotea en libertad, fritos en aceite de olivas Arróniz, untados con pan de hogaza de caserío y un buen trago de  tinto tempranillo alavés, es difícil de superar en sencillez, aunque aquí el vino sea un simple complemento. 

Dos huevos crudos. Fotografía: El Buho que cocina

De una simplicidad absoluta es batir, en un vaso, una yema de huevo con una cucharada de azúcar y llenarlo de vino. Esta especie de ponche me lo preparaba mi abuela, a la vuelta de mis largas correrías por los montes de Bidania, en busca de setas, para recuperar la energías consumidas y puedo asegurar que el cuerpo, especialmente el paladar, lo agradecían. Entre las combinaciones solidas, que no guardan complicación, son las torrijas en las que el pan, en esta ocasión embebido en vino tinto,  en lugar de en leche, se reboza con huevo batido , se fríe y se espolvorea con azúcar y canela.

Fotografía: London Chow

Hace unos cuantos años, el gran periodista y cocinero aficionado Xavier Domingo, dedicó al maestro de enólogos  Ezequiel García, conocido como” el brujo” de Anguciana, una receta  que se publico en “Cambio 16”: “ Huevos al vino tinto” , que, posiblemente, fuera de su propia cosecha. La reproduzco a continuación: Poner a hervir medio litro de buen vino tinto de Rioja alavesa y otro tanto de caldo de carne, junto con un  codillo de jamón, dejar reducir a la mitad. Salpimentar. Pochar en una sartén cebolla fresca bien picada, cuando este blanda mezclar con la reducción , dejando que se ligue una salsilla a la que le añadiremos unas rodajas de chorizo riojano (dulce o picante al gusto particular). Sobre la salsa bien caliente escalfar unos huevos y servir.

Huevos con espárragos. Fotografía: Silvia Martín.

Artículo de Juan José Lapitz publicado en la sección “Saber y Sabor” del El Diario Vasco.

Sopa de pulpo

El Calendario Perpetuo de los Santos, señala la fecha de hoy, 14 de Abril, como la festividad del Beato Pedro González, apodado San Telmo. Este dominico, natural de Astorga, que vivió en el siglo XIII, sentía especial predilección por los hombres del mar a los que predicaba y administraba los sacramentos. Ellos a su  vez que quedaban sorprendidos, viéndole sacar peces del mar, atrapándolos simplemente con las manos. Este año, su celebración coincide con las fiestas de Zumaya, en honor a San Telmo, (lunes siguiente al de Pascua de Resurrección) que, desde el punto de vista de esta sección, tienen un gran interés, por la costumbre de comer sopa de pulpo o”olagarro zopa”.

SAMSUNG DIGITAL CAMERA         Pulpo paseo. Fotografía: José Luis Cernadas Iglesias

 El nombre científico de este molusco es “Octopus vulgaris” que hace referencia a sus ocho pies o tentáculos. Cada uno de ellos está provisto de 240 ventosas. En castellano pulpo es corrupción de “Polypos”, voz latina que significa : muchos pies. En euskera  la palabra “garro”= tentáculo, va unida al prefijo “ola”, que quiere decir : conjunto de…En resumen, en los tres idiomas, son los pies los que fijan la denominación de este sabroso animal.

pulpo !    Pulpo emplatado. Foto: Michele Ursino

Los ejemplares jóvenes viven en  aguas poco profundas, sobre suelos rocosos o con hendiduras en las que pueden guarecerse, como las rasas existentes entre Zumaia y Getaria. Sus refugios son detectables, por la cantidad de conchas  trituradas que hay en su entorno. Sienten gran atracción por los colores, especialmente el blanco. Una forma curiosa de pescarlos es lanzar al agua, atado a un cordel, un puchero de barro vacío, el pulpo lo toma como segura guarida y no sale de él hasta que  queda en seco sobre el suelo de la barca.

Pulpos secando - Cristian CruzPulpos secando. Foto: Cristian Cruz

La “olagarro zopa” tradicional, difiere de cuantas preparaciones similares  yo conozco . Para su elaboración  se precisa pulpo seco, para ello en la costa gipuzkoana acostumbran a  colgarlos, una vez limpios en lugar, seco, aireado y soleado (preferentemente en las chabolas de las huertas) hasta que quede duro. Entonces se guarda envuelto en papel de estraza y periódicos, para evitar la humedad. A la hora de guisarlo, se limpia, se corta en trocitos pequeños y se mantiene a remojo un día. En una cazuela con aceite de oliva bien caliente se doran  cebollas y ajos picados, se agrega el pulpo , se revuelve, se echa pan de sopa cortado en rebanadas y se moja con el caldo del remojo, se añade un poco de salsa de tomate y se deja hervir unas dos horas. Sabrosísima.

Artículo de Juan José Lapitz publicado en la sección “Saber y Sabor” del El Diario Vasco.

 Fotografía destacada: José Luis Cernadas Iglesias

Pichones

La Academia Vasca de Gastronomía  entregó, el pasado día de San Blas, los premios gastronómicos que, anualmente, concede con el nombre de Manuel Llano Gorostiza y José María Busca Isusi, para recordar, así, a dos figuras de la literatura enológica  y culinaria, respectivamente. El ganador, en esta ocasión, del segundo de los citados premios fue al Criadero de pichones de Navas,  que tiene sus granjas en la mencionada aldea y en Olave, ambas a tiro de piedra de Pamplona. Marcos  Leyun, su propietario y cuidador, abrió las puertas de su empresa a nuestros lectores, para conocer de primera mano las características de esta singular explotación.

Iniciada hace nueve años, hoy en día cuenta con 3.300 parejas de palomas productoras, que se encuentran ubicadas en parques de cuarenta unidades cada uno, con otros tantos nidales. En ellos se sueltan las aves, veinte de cada sexo, y en pocos días se emparejan, al ser monógamas la unión dura todo su ciclo vital. Los pichones nacen del cruce de una selección de machos de gran tamaño y de hembras buenas ponedoras. La puesta es siempre de dos huevos, el periodo de incubación dura diez y siete días y los pichones son sacrificados  con cuatro semanas y media de vida, edad  a la que llegan con un peso cercano a los 600 gr, destacando el gran volumen de sus pechugas que, prácticamente ocultan el esternón. La pareja mantiene su fertilidad cuatro años, pudiendo prolongarse, en casos, a los cinco. En ese tiempo la hembra habrá puesto poco mas del medio centenar de huevos, de los que el 70% llegan a buen termino convirtiéndose en pichones.

Pichón - Gabriel

Foto: Gabriel

La alimentación es primordial a la hora de obtener unos pichones sabrosos, con abundante tejido muscular bien cubierto de grasa amarilla. Pero, curiosamente, los bien nutridos deben ser los padres, ya que sus crías lo único que comen , es la llamada ”leche de papo” producida por sus progenitores. Las palomas comen un 80% de granos de maíz y trigo, el resto es un compuesto proteínico a base, principalmente, de soja. En el buche lo mezclan con una substancia que ellas producen, haciendo una papilla que regurgitan e introducen  en los abiertos picos de los pichones. Estamos , como en el caso de los corderos mamantones , ante unos verdaderos pichones de leche. Una vez sacrificados y desplumados, se depilan a la cera, para eliminarles cañones y plumones. Luego se le retira el contenido del buche, por medio de agua a presión, se evisceran sin retirarles el hígado, que no tiene hiel y aumenta el sabor.

Pueden guisarse en salsa, pero como mejor se aprecia el genuino sabor es  asándolos al horno. Para ello se recubren con tocino de veta, se sazonan interiormente y se atan. Basta poco mas de un cuarto de hora para que estén a punto con la carne sonrosada.

Pichón - Navas

 Foto: Navas

Artículo de Juan José Lapitz publicado en la sección “Saber y Sabor” del El Diario Vasco.

Foto principal: Gabriel

Torrijas de leche y vino

 

Torrijas - Tnarik Innael

Fotografía destacada: Tnarik Innael

Los mentores de la Feria “Tolosa Goxua”, recientemente celebrada, organizaron en esta ocasión, como actividad paralela, un concurso de torrijas ( traducido al euskera como “torradak”, quizá porque en Bizkaia a este postre se le conoce con el nombre de tostada, y en castellano torrar es sinónimo de tostar) que contó con una nutrida participación.

Han pretendido con ello los amigos tolosarras, dar popularidad a un  complemento gastronómico de los ágapes carnavaleros. Ciertamente las torrijas, postre común en las cocinas domésticas de Europa y América latina, que antaño se elaboraba para aprovechar el pan que se había quedado duro ( en Francia todavía se le llama “pain perdu”), se ha convertido en pieza de repostería que no debe faltar los días precedentes a cuaresma.

No siempre, ni en todo lugar, fue así, ya que  al Jueves Santo, se le conoce, en argot popular, como el ”día de los torrijeros”, lo cual indica que ese  día y los siguientes, cuando ya se festeja la pascua,  el consumo era  habitual.

Tal como lo concibe la cocina vasca , se trata de cortar en rodajas el pan sobrante, empapar estas en leche azucarada, pasarlas por huevo batido, freírlas y  una vez doradas, espolvorearlas con azúcar y servirlas..

Torrijas Jesús Pérez Pacheco

Foto: Jesús Pérez Pacheco

Pero la definición académica de la voz torrija dice: “ Rebanada de pan empapada en leche o vino…” Me encuentro  con fórmulas en las que se hace la sustitución pura y simple de leche por vino. Así se comienza por emborrachar el pan (mejor con un vino oloroso o dulce) y terminar  de la forma tradicional. Quizá por esta razón, uno de los sinónimos castellanos de torrija sea borrachera.

Pero he topado con otras recetas en las que la leche marida con el vino en presencia de yemas de huevo. Curiosamente hay una gran coincidencia entre las “torrijas chicharreras de carnavales” y las que, con el nombre de “torrejas”, se elaboran en Cartajena de Indias  Como quiera que entiendo que las colombianas, habrán recibido influencia canaria, he aquí como las preparan  los tinerfeños (chicharreros)

Aconsejan cortar las rebanadas de pan viejo la víspera y tenerlas cubiertas con un paño .en lugar fresco. Se baten tres yemas,  y se mezclan con una taza de leche, un cuarto de taza de vino blanco, azúcar, canela y ralladura de limón En esta mezcla se empapan bien los panes , que a continuación se rebozan y fríen. Al momento de servir, hay quien prefiere rociarlas con almíbar,  otros optan por la miel , pero en ambos casos, no olviden de impregnarlas por las dos caras. Así de golosos son los canarios.

Si el próximo domingo, una vez dado cuenta del obligado cordero pascual, regado con un buen rioja, un Montecillo 94 por ejemplo, les apetece redondear  el ágape con unas torrijas, no duden en acompañarlas con un licoroso Pedro Ximenez.

Artículo de Juan José Lapitz publicado en la sección “Saber y Sabor” del El Diario Vasco.

 Fotografía destacada: Tnarik Innael

 

 

Alubias

José Mari, un amigo de las cosas de comer, me regaló, la semana pasada, una muestra de unas alubias australianas. De grano pequeño, las mayores justamente rebasan el centímetro de longitud y la mitad de anchura, la forma es un tanto arriñonada y aplastada, pero lo que mas llama la atención es su bonito color verde pálido, sin parangón a las dos docenas de variedades que conozco, cultivadas en tierras situadas a este lado del Bidasoa Tan sólo la variedad Lima, de grano grande , ancho y plano, puede tener tonalidades verdosas, pero la que se cultiva en las huertas levantinas, conocida como “garrafó”, es completamente blanca, como habrán  podido observar quienes hayan comido “in situ” una paella valenciana, ya que es ingrediente habitual.

En cambio  es fácil que nos  encontremos en los restaurantes franceses, e incluso embotadas, unas alubias llamadas “flageolets”, de similares características a las australianas, muy apreciadas por su finísima piel. Nuestros vecinos las sirven como guarnición de productos cárnicos, especialmente los asados de buey y cordero.

alubias soja33

Foto destacada:  Marta Miranda

Es de destacar la pujanza de Australia, país del que hasta hace poco conocíamos solamente  los canguros y un poco mas tarde los  emús, esas avestruces de minúscula cabeza, que ya se han aclimatado a Euskalherria, hasta el punto que en Abril se celebrará en Morga la IV Feria monográfica dedicada a éste ave, al menos estas no hacen la competencia a nuestra ganadería. Otra cosa  es el vino, que lentamente, pero sin perder paso, ni progreso, va adentrándose en nuestros mercados, donde compite por calidad y precio.

Uno se pregunta  que pasará el día que, los australianos, dediquen una mínima parte de sus vastísimos terrenos a producir espárragos y los comercialicen en Europa, algo que ahora esta ocurriendo con China y Perú. De procedencia asiática  una firma distribuidora aragonesa  está comercializando con la marca “ Cojonudos”, unas gruesas  yemas en frascos de medio kilo ( 325 gr. escurridas)  de muy aceptable calidad, a poco mas de dos euros. Por su parte los peruanos, en lo que va de otoño – invierno, han puesto en el mercado espárragos verdes frescos que, cada vez, cuentan con mas adeptos ¿Van a correr peligro las plantaciones del “oro blanco navarro”?

alubias emús Wilderness Kev

Foto: soja33

No sería deseable., como tampoco  que las alubias australianas  desbaraten, en un futuro,  la fiesta  a los activos miembros de la Cofradía de la Alubia de Tolosa que mañana celebrarán su XIV capítulo, en el transcurso del cual entronizarán  a Iñaki Undagoitia, cocinero bizkaino, que en su restaurante “Clavijo 38” de Sta. Cruz de Tenerife, tiene, permanentemente, en su carta las mejores “babarrunas” del mundo.

Artículo de Juan José Lapitz publicado en la sección “Saber y Sabor” del El Diario Vasco.

Foto: emus wildness Kev